Para nadie es un misterio que el mundo cambió radicalmente desde la aparición de la pandemia y esto ha hecho que todos tengamos que buscar nuevas plataformas para continuar de alguna u otra forma con nuestra vida cotidiana, sobre todo para aquellos que están estudiando.
Desde preescolares hasta universitarios, han tenido que adaptarse a esta nueva modalidad de estudio, no solo para alumnos, sino también para quienes deben impartir las clases, sus padres que deben enseñar nuevas habilidades a sus pequeños a la hora de conectarse o para aquellos que nunca han sido personas muy tecnológicas. Esta nueva modalidad ha traído más de un dolor de cabeza.
Llevamos un buen tiempo con clases online y podemos ver algunos resultados y/o beneficios que ha traído consigo este cambio tecnológico en nuestras vidas. Nos dimos cuenta de que como sociedad no estábamos completamente “preparados” para este nuevo escenario, que no había suficientes conocimientos tecnológicos como nosotros suponíamos, y que aún existe una brecha gigante tanto económica como social en este tema, habiendo que adaptarse rápidamente al cambio.
Aspectos positivos
Por otro parte, tiene muchas cosas positivas también, por ejemplo:
- Conectarse desde cualquier lugar y en la comodidad de la casa es impagable.
- Flexibilidad para estudiar, pudiendo ajustar los horarios a las clases.
- Ahorro económico importante, ya que solo es el costo de la conexión.
- Poca exposición al contagio es un gran valor agregado de las clases online.
Otro beneficio anexo al tema de realizar clases online es el hecho de poder concentrarse más en la clase y no en el ambiente de la sala como podría ocurrir normalmente. El hecho de poder grabar y guardar las clases, da una sensación de tranquilidad a la hora de revisar el material que no ha quedado claro en la primera clase y así no tener que interrumpir a cada momento.
El tiempo de entrega de trabajos aumentó, por lo cual reduce el estrés en los alumnos, permitiéndoles investigar con más detalle sobre los temas que se le solicitan, además el hecho de poder tener un contacto más directo de comunicación con el docente ayuda a la hora de consultar las dudas, ya que se puede enviar el material por correo de la misma manera.
Este nuevo sistema de estudio ha beneficiado a aquellos que trabajan y no podían asistir a clases presenciales a que puedan capacitarse y actualizarse en diferentes materias porque la oferta en este momento es amplia y seguirá creciendo.
También existe una variedad en el formato de la entrega de la información, ya que ahora se puede ver al profesor en tiempo real, conversar con él, escucharlo, ver imágenes complementarias, además de tener acceso directo a todos los temas o materias que se nos enseña, pudiendo investigar en el momento si algo no se entiende, todo se ha vuelto inmediato.
Este tipo de aprendizaje no es nuevo, pero sí ha sido sumamente necesario, dando un salto significativo estos meses de pandemia, ya que gracias a las plataformas como redes sociales, han facilitado el poder unir de forma simultánea a una gran cantidad de personas conectadas, permitiéndoles interactuar activamente entre sí durante la clase.
Las clases online han sido una gran solución para todos, pero también debemos ser sinceros, entender que también tiene sus desventajas como una comunicación menos profunda, ya que el canal es reducido, se pasa mucho tiempo frente a las pantallas, se tiene menos interacción social, en el caso de algunos alumnos cuesta entender la estructura pedagógica de esta forma.
También debemos decir que para los docentes ha tenido un sinfín de ventajas, porque pueden llegar a un público más amplio, incluso de otros países, generar más interactividad y utilizar mayores herramientas para lograr la atención e interés de sus alumnos.
En resumen, podemos decir que dentro de lo que hemos aprendido de este formato de clases, es a tener paciencia, entender que las cosas pueden mejorar, tener mayor conocimiento tecnológico, reorganizarnos y demostrarnos a nosotros mismos que somos capaces de reinventarnos y transformarnos según el curso de los acontecimientos que se nos presenten.
Las clases online llegaron para quedarse y hay que abrirse a la evolución de nuevas plataformas y procesos.
